Guerra de sonidos, luces, humo y mucha música

¡Con miniteca era mejor la fiesta! Una guerra no siempre supone armamentos bélicos, pero sí confrontaciones que, en este caso, se medían con amplificadores, sintetizadores, cajones, luces, discjockey y una buena mezcla musical… Las Guerra de Minitecas mostraron como la tecnología en desarrollo de esos años, el sonido, la diversión y la creatividad podían causar furor entre las masas antes de que existiera el Internet.

Hablar de estas guerras de sonido, es remontarse a un país distinto, con un dólar a 4,30, con las posibilidades transitando en bandeja de plata, hoteles, fiesta y sobre todo prograduaciones que  fueron el epicentro, donde se podría decir que todo comenzó.

Los ochentas son percibidos como una época positiva, la que hoy es rememorada por muchos a través de series, películas, moda y hasta en la música, porque son una vieja época pero no tan lejana, con la que muchos jóvenes de hoy pueden conectarse por referencia directa de sus padres, tíos o primos.

Uno de esos recuerdos se centra en el disfrute musical, que va de la mano de lo que mueve a la juventud no de esta época sino en todas, pues son los que van trazando las tendencias. Precisamente, unos liceístas buscando pasarla bien y hacer que las verbena colegiales tuvieran mejor música, crearon la movida de las minitecas en Venezuela.

Dale clic a la imagen de ZC para ver el video

Rompiendo esquemas

Una fiesta llegó a ser considerada, buena, solo por la miniteca que podía contratar, y esto ocurría por el estilo de vida que llevaban algunos venezolanos en esa época en la que la rumba, la celebración y pasarla bien, siempre fueron y han sido más que una actividad por ocio, son una forma de vida necesaria para muchos.

Diariamente escuchas de amigos o compañeros de trabajo decir: “tengo ganas de echar un pie”, “vamos a poner una músiquita para animar el ambiente”. Pero colocar una miniteca era armar la rumba completa.
Las minitecas rompieron con el esquema tradicional de la celebración.

La miniteca Betelguese, una de las preferidas

“Antes de existir la idea de miniteca; las fiestas eran amenizadas por orquestas y eso hacía las fiestas no monótonas, pero sí muy marcadas, ya que solo se bailaba lo que tocara la o las orquestas que estuviesen en la fiesta. Los únicos lugares donde se podía oír y/o bailar los diferentes géneros musicales existentes eran en las discotecas” explica el dueño de una de las minitecas que hizo vibrar el Poliedro de Caracas, Infierno, Tony Mendez.

La miniteca fue parte de una evolución, social y musical venezolana, que logró trasladar la energía de una discoteca a cualquier lugar, donde el sonido hacía estremecer a grandes masas.

Algunas historias en las redes sitúan el inicio de todo en el gusto de muchos por escuchar música de los “picós” (pick up) ambulantes, sin embargo, fueron las fiestas colegiales el principal escenario de los tarantines de sonidos, que fueron creciendo.

Todo empezó en las fiestas de prograduación de bachillerato en 1984

Determinar quien creó o inicio un movimiento como este es remontarse a los gustos de la juventud de finales de los setenta e inicios de los 80, las fiestas en hoteles como el Hilton, Tamanaco y Eurobuilding, fueron los primeros en ceder a los amplificadores.

Pioneras

Lechugas People, fue pionera en el movimiento minitequero, por llamarlo de alguna forma, a partir de esta nacieron otras. Una muy cercana a esta fue la New York New York, pero la original, no la que actualmente detenta ese nombre. Así lo aclaró Carlos Viscotin, actual dueño de New York People, quien explicó que ellos fueron los primeros en tener el nombre, y que cambiaron porque en el centro comercial Concresa se inauguró una discoteca con el nombre New York New York. Ellos obtuvieron el registro comercial.

Al no poder usar su nombre pasaron a llamarse New York People (en homenaje a LechugasPeople). Se posicionó como una de las mejores junto a Sandy Lane, Betelgeuse, Explosion People, Infierno, ZC, Excalibur, Caribean, Traffic, The Rainbow, Soultrain, Possesion, Tridimension, The Lawyers, Tconection, por mencionar algunas.

Carlos Viscoti considera que el nombre (New York, New York) les dio ese empuje, para estar entre las más reconocidas. “Ya en nuestra primera presentación causábamos sensación por el nombre. Eso fue en la prograduación del Colegio Santa Gema, estábamos con Bettelgeuse y Music Factory y reunimos mil personas”.

Entrada para explosión de minitecas en el Poliedro en

Pero los orígenes no solo se remontan a Caracas, según Tony Méndez de Infierno (Valencia), muchos ubican que todo empezó en Margarita con Los Muertos Andantes, otros que en Maracaibo con Saturno: “No se sabe quién o por lo menos yo no lo sé,  quién fue primero. Lo que sí sé, es que hubo alguien que dijo: ¿Por qué no trasladar una disco a dónde sea? Y bajo este principio vino todo este cuento que se llamó “MINITECAS” que no era más que equipos de sonido, luces y un personal sincronizado para ofrecerle a la gente una alternativa más variada y económica que la de hacer un baile con orquestas y donde nunca igual ibas a poder oír y bailar toda la música que pudieses imaginar”.

Miniteca Infierno de Valencia. Dale clic a la foto para video

Explosión de sonidos

Ya formada las minitecas y extendidas por toda Venezuela como una moda que movía gran cantidad de personas. Se empezaron organizar los toques, en las que las invitadas no competían, pues se trataba en principio de una demostración de sonido, y capacidad de musicalizar durante varias horas, que era complementada por luces, humo y en algunos casos, un presentador con una voz resonante, donde muchos locutores pudieron brillar.

Para el Dj Carlos Agelvis, musicalizador en varias emisoras, y quien aún se desenvuelve como productor de eventos, tras su experiencia durante los años en la Guerra de Minitecas, estos eventos emergieron solos, aunque obviamente hubo gente detrás, como Paolo Caiazzo y otros socios que montaron las primeras Explosiones, muchas centradas en Caracas y que tenían amplia cobertura por estar en la capital.

Emisora y canales de TV solían tomar a algunas de esta minitecas como parte de algún programa con el que lograban llegar a los jóvenes.

“Las Guerras de minitecas, se convocaban a las más sonadas en El Poliedro de Caracas o en algún otro lugar de aforo grande con el apoyo de las emisoras de radio como Caracas 750 AM entre otras”, explicó Agelvis quien formó parte de estos eventos.

Inicialmente según Viscoti (New York New york) en las Guerras de Minitecas no habían ganadores. Sin embargo, esto evolucionó y la ganadora era determinada por un jurado quienes hacían su elección al evaluar: la música, las mezclas, los equipos, la iluminación y el mejor sonido.

Recordar a la Guerra de Minitecas o la Explosión de Minitecas, es remontarse a un país donde todo era sano, muy pocos pensaban que reunir a muchas gente en un recinto para escuchar una mezcla músical, era algo que podía ser peligroso.

“El ambiente era sano, la gente compartía sin importarle quién era o de dónde era el que tenía al lado, la gente disfrutaba la música, la vivía”, es parte del sentir de Mendez, dueño de Infierno, una miniteca que sigue en funcionamiento, evolucionando, pese a que la época de la competencia y de minitecas se ve hoy distantes, como el mismo país que algunos recuerdan como una mejor etapa y que anhela con ganas de volver a empezar.

¿Evolucionó el mundo de las minitecas?

Hasta el nombre suena a algo antiguo: Miniteca. La evolución o avance de este tipo de eventos, pasó a centrarse en la figura del Dj. En el mundo los grandes festivales de música como Ultra, Tomorrowland, Coachella y muchos otros, aunque requieren, de luces, sonido, humo y mucha tecnología y son realizados a grandes aforos muchas veces al aire libre, donde el principal atractivo pasó a ser quien coloca la música, únicamente.

Sin embargo, para quienes siguen trabajando con las minitecas en 2020, como Tony Méndez (Infierno), si hay una evolución de estas actualmente. “Hubo un momento que las minitecas se negaban a avanzar, pero la misma sociedad o el mismo momento histórico las forzó al cambio y a adaptarse a los nuevos tiempos. Si no evolucionabas colapsabas y serias un recuerdo en las mentes de una generación”.

 

Beatriz Pellegrin/ @Pellegrinbea

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