High Security, un gigantón que se transformaba en la pista

Un caballo castaño de unos 500 kilos sube a la pista del hipódromo de Santa Rita con cierta parsimonia. No tiene apuro para iniciar su rutina de entrenamientos en el óvalo de Palmarejo.

Son cerca de las 6:30 am y el sol de la Costa Oriental del Lago pega fuerte en la pesada y arenosa cancha del coso ritense, que ya hace más de una hora empezó a sentir el trajín matinal de una nueva jornada de traqueos.

El enorme corcel es guiado por el galopador Marco Soto y quizás su distracción se deba al panorama imponente que se divisa en toda la recta final. High Security se va alejando muy lentamente y a su paso parece contemplar la majestuosidad del puente sobre el Lago de Maracaibo, que con los primeros rayos del día se muestra en todo su esplendor.

Soto consiente al ejemplar de la cuadra de Alí Ayubi y lo deja andar a sus anchas porque sabe que cuando se acerquen al poste de los 400 dará unos saltitos- o corcoveará como dicen los preparadores- iniciará su galopar y acelerará en la segunda vuelta, sin tener que exigirlo.

De vuelta al picadero tras su ejercicio, High Security se muestra dócil y su respiración está intacta. No parece haber sido sometido a ningún esfuerzo, pero seguramente después de comer se echará a descansar en su puesto, como suelen hacer los grandes campeones.

Todo un atleta equino

La docilidad y el gusto por descansar son dos de los rasgos que distinguieron al hijo de Big Bass en su campaña.  El pupilo de la familia Ayubi tenía ciertos hábitos que parecían humanizar su condición de atleta equino.

No le gustaba estar de pie en la cuadra, lo que disminuía la presión en sus miembros y, de alguna manera, favorecía su desempeño porque llegaba más fresco a la pista. Y es que High Security parecía saber la importancia de dosificar esfuerzos. Se tomaba tan en serio su carrera que hasta trabajaba en la oxigenación, como contó su entrenador en el programa Monitor Hípico.

“En días de carrera aumenta la frecuencia y la profundidad de su respiración. Eso no se le puede enseñar a ningún caballo y le permite una mejor oxigenación en las pruebas”, explicó Ayubi, quien también dio cuenta de la transformación de aquel manso ejemplar, una vez era ensillado y escuchaba el clarín en las jornadas nocturnas.

“Cuando llega el jinete en el paddock se pone brioso y lo que quiere es salir a correr. Y eso hace”, apuntó el cuidador.

El cambio en su personalidad y lo “profesional” que solía ser era algo que solo los allegados más cercanos percibían. Para los visitantes, el nacido en el haras Gran Derby era un caballo juguetón, que expresaba su cariño con los mordiscos amistosos que solía lanzar.

Gran duelo en el Clásico de La Chinita

El traslado y sobre todo el regreso a Maracaibo desde el hipódromo de Santa Rita siempre fue complicado.

No obstante, eso no impidió que el 13 de noviembre de 1998 el “Palacio de la hípica mundial” estuviera de bote en bote. Los autobuses empezaron a llenar el estacionamiento desde las 4 pm y para cuando largó la primera carrera, ya el recinto tenía unas 10 mil personas en sus tribunas, si bien la asistencia se calculó en más de 15 mil espectadores.

El llenazo se debía al duelo entre el “invasor” caraqueño El Gran Sol y el ídolo local High Security en el Clásico de La Chinita. El castaño buscaba el récord para un invicto, que estaba en poder de Gradisco con 17 lauros y el hijo de Big Bass venía de igualar en el Clásico Rafael Urdaneta.

La confrontación era un punto de honor para la afición zuliana, que sentía cómo la legitimidad de su campeón era puesta en entredicho por un sector de la prensa especializada, en especial la capitalina.

Esa rivalidad no existía entre las conexiones de los dos ejemplares. De hecho, El Gran Sol ya había corrido  el mismo evento en 1997 y se alojó en el establo del trainer Ayubi. Además, Domingo Lara y los dueños del tresañero vieron la carrera juntos y compartieron en la tribuna de propietarios.

El resultado del choque derivó en una cómoda victoria de punta a punta para High Security, que se consagró y fue recibido por unas 400 personas que se lanzaron a la pista cuando los ejemplares cruzaron la sentencia.

La inesperada invasión no inmutó al “gigantón”, siempre dócil ante sus seguidores. Uno de ellos lo acarició, le secó el sudor y dijo emocionado “estas gotas son fruto del esfuerzo de nuestro campeón”. Del otro lado, El Gran Sol recibía sonoras pitas, que no le hacían mucha gracia al jinete Douglas Valiente.

La rivalidad con Evaristo

High Security tiene más de 10 minutos en el puesto uno y ahora es que los demás participantes del Clásico del Caribe 1998 empiezan a cuadrar. Entre ellos está el tordillo Evaristo, triplecoronado del hipismo panameño, y el máximo rival del venezolano.

La pista del coso de Trinidad y Tobago está  fangosa por la lluvia y el jinete Jaime Lugo hace esfuerzos para que su caballo no se duerma en la gatera. El fusta sabe que el reglamento solo permite a los ejemplares salir cuando suena el timbre. Si un equino deja el aparato antes queda retirado.

En las tribunas del escenario trinitario hay una gran cantidad de zulianos como el entrenador Víctor Barboza o el narrador Manuel Ortega. Los dos viajaron al país caribeño en el vuelo que fletaron los dueños del tresañero para prensa, allegados y amigos.

Evaristo (adentro) y High Security (por la baranda) fueron grandes rivales deportivos

Al darse la partida, el invicto criollo se va de manos, pero su piloto mantiene el equilibrio y lo coloca en la punta, donde permanece toda la carrera. Evaristo lo busca por fuera desde el codo final y cuando entran al derecho un cambio de látigo a la zurda de Lugo hace que High Security se cargue a líneas externas. El cabeceo final sorprende a los dos ejemplares en la raya, con pescuezo a favor del número uno.

De inmediato, la algarabía de los zulianos se traslada hasta la pista, que se inunda de banderas venezolanas. Los allegados del ídolo ritense entonan el himno y el ganador se prepara para la foto. En su regreso al recinto de jinetes, Douglas Valiente se encuentra con su colega panameño Jesús Barría. Le dice “si reclamas ganas”.

La polémica decisión

Barría hace caso a Valiente y unos minutos después, el cuerpo de comisarios llama a declarar a los látigos que protagonizaron el emocionante final. Lugo poco puede alegar. No habla inglés y no entiende lo que discuten los sheriffs.

Luego de casi media hora, los colegiados optan por distanciar a High Security, en una histórica decisión que todavía se debate. Para Joe Bruno, un experimentado cronista puertorriqueño, el dictamen fue el correcto.

“High Security se fue cargando afuera en la recta final y perjudicó a Evaristo que no pudo tener un trayecto limpio al tener a su rival corriendo casi en diagonal. Merecía la descalificación porque le impidió a Evaristo tener una mejor posición”, indicó Bruno.

La opinión del periodista boricua contrasta con los titulares de los diarios venezolanos que  en su momento calificaron de “despojo” y “robo” el distanciamiento.

En el Clásico Confraternidad del 2000, High Security tomó desquite y demostró quién era el campeón. Corrió tan rápido que envió a la cría a Evaristo por una lesión de sesamoides.

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